jueves, 13 de febrero de 2020


Estimados seguidores: Iniciamos una secuencia de publicaciones de diversos escritos que el maestro Armando Sánchez Málaga redactó en vida. En algunos casos, los textos fueron publicados y, en otros casos, quedaron en pleno proceso de elaboración. Consideramos que se trata de información valiosa y que constituirá una contribución académica de importancia para los interesados. El primer texto que compartimos se titula "Iconografía musical barroca en el Perú". La última revisión que el autor hizo de este texto está registrada el 17 de abril de 2017. El texto ha sido separado en tres partes y hoy se publica la primera. Únicamente se ha introducido modificaciones de formato para su publicación.





ICONOGRAFÍA MUSICAL BARROCA EN EL PERÚ


Armando Sánchez Málaga (1929-2017)1  

  Introducción


CARACTERÍSTICAS   GENERALES   DE LA ICONOGRAFÍA MUSICAL EN EL BARROCO AMERICANO


Nuestros  artistas  plásticos  en  América  trabajaron con  modelos   flamencos,   españoles   e  italianos traídos por los artistas europeos o los provenientes de  las  estampas religiosas que  en grandes cantidades llegaban de los Países Bajos, Italia y Francia, principales exportadores de esas publicaciones.

El historiador de arte peruano Francisco Sztasny informa que en Colombia el español Baltasar de Figueroa, padre y maestro de importantes pintores colombianos, dejó “seis libros de vida de santos con estampas   para   la   pintura”,   además  de 180estampas sueltas y un libro de Arquitectura”. Ese material era utilizado en el famoso taller que estableció la familia Figueroa.


En varios pses de nuestro continente existían importantes talleres de pintura, algunos de ellos conformados por familias de muy buenos artistas. Esos talleres atendían la gran demanda de cuadros por parte de las iglesias, de tal manera que los jefes de taller se convierten en verdaderos directores de empresa, como fue el caso del pintor cuzqueño Basilio Pacheco.

Para la historiadora española Rosario Álvarez, la iconografía en Latinoamérica encierra una gran riqueza y variedad de igenes, que muestran múltiples facetas de la música: religiosa y profana; erudita y popular; vocal e instrumental; a la que se suma la vistosidad de la danza. Además en ellas están representados instrumentos y escenas de la vida musical nativa, mestiza, criolla y europea.

El estudio de esta iconografía nos permitirá apreciar el papel desempeñado por la música en la vida artística, intelectual, religiosa y civil en nuestros países  durante  el  Barroco;  al aportarnos datos visuales  insustituibles,  que  las fuentes documentales o los propios instrumentos conservados no pueden proporcionarnos, aunque sirvan para complementar la información.

En resumen, como señala el historiador Ramón Elías Mujica, “el arte virreinal se inspira en los modelos visuales de las metrópolis, pero nuestros pintores indígenas, mestizos y criollos, terminaron modificando muchas de estas composiciones para subvertir y adaptar la iconografía europea al contexto condicionante del orden social, religioso y político virreinal.

Se produce así un proceso de sincretismo artístico producto de la combinación de temas, personajes y procedimientos sonoros y plásticos peninsulares y locales. Al lado de guitarras y laúdes, pueden aparecer instrumentos nativos como flautas, arpas, charangos, e instrumentos de percusión como marimbas de origen africano y otros instrumentos de percusión.

Asimismo, se observa que los músicos son representados   como  santos,   ángeles   o  diablos.
Santa  Cecilia  es  organista;  los  ángeles  tañen  las violas o el laúd, instrumentos apolíneos; los diablos, la guitarra, probablemente con la función  rítmica y para crear sonoridades de carácter dionisiaco.

Las escenas musicales    tienen valor artístico, histórico y musicológico, y son una herramienta importante para comprender la relación plástica- musical en la cultura de la época.

El material es ordenado en tres grupos. En el primero, se incluyen las obras pictóricas de los artistas peruanos y residentes europeos de formación académica. En el segundo, las que muestran características originales locales. En el tercero,  los dibujos  del  cronista  Felipe Guamán Poma de Ayala insertados en su informe al Rey titulado “Nueva Crónica y buen Gobierno” y las colección de acuarelas del obispo Baltazar Jaime Martínez Compañón reunidas en el llamado “Codex Trujillo” o “Códice Martínez Compañón, que nos ofrecen valiosa información sobre la vida musical tradicional y popular del Pe durante el período virreinal.  En  ambos  casos  se  trata  de  un arte ingenuo  de características  similares  al realismo pictórico  naif”  que realizaron algunos  pintores franceses en los primeros años del siglo XX.

Algunos de los cuadros se encuentran ubicados en la Catedral de Lima y en otras  iglesias de nuestra capital, como San Pedro y La Merced, así como también en Iglesias de Cuzco,  Arequipa, La Paz y Santiago de Chile. Otros, en museos y publicaciones locales.



PRIMER GRUPO


Aproximémonos  a  la  iconografía  musical  barroca con  la presentación del primer grupo de imágenes: la pintura de los artistas europeos residentes y locales de formación académica.

En la APARICIÓN DE LA VIRGEN EN EL CORO DE LA IGLESIA DE LA MERCED del pintor limeño Juan Jayo de la segunda mitad del S. XVIII, que se encuentra ubicado en el Convento de la Merced de Lima, la música es el marco destacado de la escena.




La figura central es la Virgen acompañada de un sacerdote mayor y cuatro dignatarios eclesiásticos que escuchan, sin duda, un concierto coral que nos hace recordar el Retablo de Isenheim del pintor alemán Matthias Grünenwald con su Concierto de Ángeles, del cual hizo una hermosa lectura sonora Paul Hindemith en su tríptico sinfónico Matías el Pintor.

En el cuadro de Juan Jayo distinguimos además a un grupo de frailes ingresando al coro; dos arrodillados y dos de pié con gestos de sorpresa. En el centro, adelante, un facistol con un antifonario y atrás, un atril, ambos rodeados de ángeles.

A la derecha un ángel sentado frente al órgano de diez  grandes   tubos   y   dos   grupos   de   ángeles cantando en ambas sillerías. Atrás, al centro, la Virgen rodeada de santos sentados en las sillerías de los costados.

Para el pintor e investigador Juan Manuel Ugarte Eléspuru, la escena representa el momento en que, habiéndose quedado dormidos y llegado tarde a los oficios matinales, los frailes se encuentran maravillados por los ángeles que han tomado sus puestos  bajo  la  presidencia  de  la  Virgen  y  varios otros santos. (…) Julián Jayo logra una obra de singular  frescura, dominada por  blancos  nítidos sobre los sienas predominantes de la sillería coral”.

En la SANTA CECILIA del  Convento de la Merced de Lima del pintor limeño Pedro Díaz, contemporáneo de José Gil de Castro, nuestra patrona de la música aparece sentada al órgano posando de costado, sin pulsar las teclas y mirando hacia lo alto; mientras atrás y arriba emerge de una nube la cabeza de un ángel con los ojos cerrados. Observemos que el sillón es un mueble de salón, ajeno  al  ambiente  religioso  de  la  escena. Está inspirado en el ícono tradicional del personaje con influencia flamenca.



Lo curioso es la minuciosidad en la escritura musical de la  partitura  colocada  en  el  atril  del  órgano, debajo de la cual se distingue claramente la firma del pintor. 

Nótese la similitud en la mirada y la posición de las manos de Santa Cecilia en el famoso cuadro del maestro florentino Matteo Roselli SANTA CECILIA CANTA Y TOCA EL ÓRGANO ACOMPAÑADA POR DOS ÁNGELES.



En DAVID TOCANDO EL ARPA”, del mismo autor, el anciano profeta vestido de un manto de oro recamado, te el arpa delante de un gran libro, con la mirada hacia lo alto. Al fondo, se observa ucortinaje de color carmesí. Esta pintura fue pintada para hacer  juego  con  la  de  Santa  Cecilia,  que tratada en igual forma, se conserva en el mismo salón capitular.



Esta   obra,   según   Ugarte   Eléspuru,   recuerda   el retrato de Alejandro VI por el Pinturicchio en la Sala Borgia del Vaticano.

“LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN” de Bernardo Bitti se encuentra en la Iglesia de San Pedro de Lima. El sacerdote jesuita y notable pintor italiano llegó a Lima en 1575 y falleció en la misma ciudad en 1610. Bitti es considerado uno de los pintores más importantes del continente durante el período barroco. Manierista tardío, dejó numerosas obras en Lima y en provincias, particularmente en Cuzco y Puno, así como en Bolivia.




Este cuadro de amplias dimensiones es considerado el más importante pintado por el artista. Se aprecia en ambas esquinas inferiores grupos de músicos; los de  la  derecha  tocan  laúdes los  de  la  izquierda, violas  da  gamba.  Es  notable  la composición  y  la armonía plástica del cuadro; la posición y actitud de los músicos de acuerdo al instrumento que tienen en sus manos. Para el historiador Francisco Stastny, esta pintura encanta por su diseño rafaelesco y por la alegría y la belleza de los ángeles músicos que contiene”.

La “IMPOSICIÓN DE LA CASULLA A SAN IDELFONSO” (1636) de Leonardo Jaramillo se encuentra en el Convento de los Descalzos de Lima. El pintor nacido probablemente  en  Sevilla, residió  definitivamente en Lima a partir de 1635 luego de permanecer en 1619 en Trujillo y Cajamarca.



(Detalle) En su cuadro se aprecia en la esquina superior  izquierda    un organista   d visible aspecto mundano. Observen su mirada y el vestido que deja desnudo el hombro izquierdo. La música pulsa una tecla con el pulgar y una segunda con el índice  de  la  mano  derecha,  aparentandun contacto poco frecuente en las representaciones de las organistas. La acompaña un grupo de ángeles, en el que destaca una flautista, dos parejas de cantantes  y  una  arpista.  Debajo,  aparece  un segundo grupo de ángeles que parecen deslizarse en el aire danzando y portando la corona para la imposición.


Es  un  bello  cuadro  de  composición  equilibrada  colorida, sugerente movimiento y sonoridad.
“TAURO” de Leandro Baxssano se encuentra en la Catedral de Lima, donde existe una serie de óleos sobre los signos del zodiaco atribuidos a este autor, miembro  de  una  nutrida  familia  de  pintores italianos que destacaron en los siglos XVI y XVII.




Tauro  muestra en el primer plano a la izquierda a un cuarteto musical integrado por una dama que toca la viola da gamba, otra que pulsa el  laúd y una tercera,  aparentemente  cantante, couna partitura sobre sus faldas. De pié, aparece un jovetocando la flauta traversa. Al lado derecho, una pareja danza.

Según Ugarte Eléspuru, el cuadro de estilo veneciano, pudo ser pintado en Praga, cuando el autor participaba de la suntuosa vida cortesana. Nuestra lectura sonora sugiere una música tenue y cortesana, que acompaña a la pareja danzante.



LOS LIBROS DE CORO DE LA CATEDRAL DE LIMA



En el Archivo del Cabildo Metropolitano de Lima se conservan 42 grandes libros o antifonarios, de los cuales cuarenta contienen cantos llanos y dos son obras polifónicas, escritos en notación cuadrada” y en pentagrama, que se colocaban en el fascistol.

Estos libros fueron copiados en Lima por iniciativa del  arzobispo  Lobo  Guerrero.  Para  ello,  trajo  en 1615 a Francisco de Páramo, peninsular que había copiado veinte libros para la Catedral de Bogotá. Páramo no pudo cumplir el encargo, pues falleció en diciembre del año siguiente. Más tarde aparecen firmas   de  Christorus   Muñoz   (1625),   FranciscLlaguno (1739), Cárdena  (1760),  Pobeda  (1761), Fray Antonio Contreras (1763) y Diego de Córdova, quien firmó siete.

Están escritos en pergamino, adornados en su mayoría con motivos florales y frutos e iluminados con colares vivos. (Ver andice al final)

Su uso en los oficios se alternaba con partituras polifónicas (una con obras de Guerrero y la otra de Palestrina)  ambas  con signos  de  haber  sido utilizadas cotidianamente. Las autoridades arzobispales insistieron,  en  más  de  una oportunidad, en la adopción del canto llano en los oficios de Semana Santa en los que se excluyó el uso de instrumentos.

En 1689, Melchor de Liñán, arzobispo de Lima, dispuso en el mismo sentido que sólo canten Los Psalmos, antífonas, capítulos, verculos y Responsorios de dhas oras, como están en el breviario Romano, y en la misa sólo Lo que manden Las santas ceremonias de ella, sin introducir otro algún  canta”.  Sesenta  y cinco  años  después,  en 1754,  el  también arzobispo  de  Lima, Barroeta  Ángel, publi un edicto en el que prohibía  que se tocaran o cantaran en las iglesias minuetos, arias y demás canciones profanas o teatrales, explicando lo siguiente:

El Canto que desde la primitiva Iglesia, siendo común á todo fiel, fue un solemne modo de celebrar los Divinos Oficios, pasó de su primitiva simplicidad a   una   más   armoniosa   composición,   y   después de haberse limitado en el cuarto siglo a solo los Eclesiásticos, por disposición del Concilio Leodicense, el gran Gregorio compuso el firme, que tomó su nombre, con la gravedad, y decoro de su Autor”.

En primer lugar, observamos la “PÁGINA INTERIOR DE UN LIBRO DE CORO ILUMINADO CON RICA DECORACIÓN”.




ORACIÓN        INTRODUCTORIA        CON        CÁLIEUCASTICO.



“COLOFÓN”  de  Antonio  Contreras  y,  al  lado derecho, el CAPITAL O y el cordero con el libro del apocalipsis cerrado con siete sellos.







El “CAPITAL G con ornamentación morisca y abajla firma de Diego de Córdova.



Firma de Diego de Córdova (1617)




“CANON A 4 VOCES EN LIBRO DE POLIFONÍA” de Francisco Guerrero.





(Ver     apéndice     sobre     algunos    de     los    libros mencionados)



Palestrina y un fragmento de su KYRIE A 4 VOCES” del mismo.

SAN GREGORIO MAGNO de autor anónimo se encuentra en la Bóveda de la Capilla de Loreto de la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.




El dibujo del dicho Pontífice está encabezado con lleyenda: GREGORIUS M. DOCTOR ECLEITE”.

Al igual que en otros de sus retratos, aparece la paloma, representación del Espíritu Santo, acercándosele,  mientras  el Pontífice  escribe rodeado de libros.


LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN” de Bernardo Bitti, obra que se encuentra en el Convento de la Merced del Cuzco. Este es un segundo cuadro con el mismo tema del citado pintor.




Apreciamos  a los costados de la Virgen dos grupos de músicos: a la izquierda, el conformado por una pequeña trompeta de madera, una pequa arpa y un órgano. A la derecha, un laúd, una viola da braccio y un arpa.


1 La última revisión que el autor hizo deste texto está registrada el 17 de abril de 2017. El texto ha sidseparado en tres partes, respetando el contenido original. Únicamente sha introducido modificacionede formato para su publicación.


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